Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, son afecciones crónicas que pueden causar inflamación en el tracto gastrointestinal y síntomas como diarrea, dolor abdominal y fatiga. Si bien las causas exactas de las EII no se comprenden completamente, se cree que la combinación de factores genéticos y ambientales, como el estrés excesivo, sedentarismo y los malos hábitos alimentarios, puede contribuir al desarrollo de estas enfermedades. En esta entrada de blog, hablaremos sobre las causas y los factores que contribuyen al desarrollo de las EII y cómo podemos tomar medidas para prevenirlas o controlarlas.
El estrés fisiológico -eustrés- no es malo ni tóxico, todo lo contrario tiene un efecto positivo. Es una respuesta natural que el organismo activa ante una amenaza y nos ayuda a ser mas rápido, mas ágil y mas capaz de resolver un desafío de forma mas eficiente. El estrés crónico, el estrés sostenido es el malo -distrés-, consume la energía, genera irritabilidad, y hace que las personas tiendan a aislarse.
Es este estrés excesivo y crónico, uno de los factores que se ha relacionado con el desarrollo de las EII. Puede afectar el sistema inmunológico y causar inflamación en el cuerpo, lo que puede contribuir a la aparición de enfermedades inflamatorias. Las personas que experimentan altos niveles de estrés a menudo también tienen una mayor probabilidad de tener síntomas graves de EII. Por lo tanto, es importante encontrar formas de manejar el estrés, como la meditación, el yoga, la terapia o el ejercicio regular, para reducir el riesgo de desarrollar estas enfermedades o controlar sus síntomas.
Los malos hábitos alimentarios también pueden contribuir al desarrollo de las EII. Sabemos que algunos alimentos tienen una relación muy estrecha con estas enfermedades. En los últimos años, los hábitos de alimentación se han modificado ostensiblemente. En la actualidad ingerimos un 30% mas de alimentos proinflamatorios que hace unos años. Una dieta rica en grasas saturadas, azúcares refinados y alimentos procesados puede aumentar la inflamación en el cuerpo y agravar los síntomas de las EII.
Las personas con inflamación crónica poseen niveles bajos de algunas vitaminas -D, E, y C- y de los niveles de omega 3. Además una inflamación persistente altera la barrera intestinal promoviendo el paso de algunas sustancias no deseadas a la sangre. Esto afecta al sistema inmune y como consecuencia aparecen molestias y reacciones negativas tras ingerir algunos alimentos.
Algunos alimentos que activan la inflamación son: el alcohol -sobre todo en dosis altas- grasas saturadas y trans, bebidas azucaradas, harinas refinadas especialmente las empleadas en bollería industrial y carnes roja. Una dieta rica en estos alimentos pueden agravar los síntomas de estas enfermedades.
Por otro lado, una dieta rica en alimentos integrales (granos enteros), frutas (cítricos), verduras y vegetales (cebolla, puerro…), proteínas magras, probióticos, omega 3, cúrcuma, la vitamina D, el perejil, laurel y romero, puede reducir la inflamación y mejorar la salud intestinal.
Además, la falta de actividad física y el tabaquismo también se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar EII. La actividad física regular puede mejorar la salud intestinal y reducir el riesgo de inflamación, mientras que el tabaquismo puede empeorar los síntomas de las EII y aumentar el riesgo de complicaciones.
Para prevenir o controlar las EII, es importante adoptar un enfoque integral que incluya cambios en la dieta, en el estilo de vida y en el manejo del estrés. Algunos consejos útiles pueden incluir:
- Incorporar más alimentos antiinflamatorios en la dieta.
- Evitar alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares refinados.
- Realizar actividad física regularmente, como caminar, correr, nadar o ir en bicicleta.
- Buscar formas de manejar el estrés, como la meditación, el yoga, terapia o ejercicio regular.
- Dejar de fumar y evitar el alcohol.
- Tomar suplementos de probióticos y omega-3, pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.
Este es un campo apasionante y con mucho futuro que crea gran interés entre los científicos. En los últimos años se han multiplicado los estudios al respecto, los avances en investigación son numerosos y cada vez van surgiendo mas especialistas que pueden ayudar y paliar la sintomatología que producen las EII.